Como cada año, lanzamos la Campaña de Navidad de recogida de alimentos no perecederos. Todos los alimentos se destinan íntegramente a instituciones que todo el año trabajan con los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad. Es año serán Cáritas Baza y Escuela Hogar Madre Teresa, en Granada.
La finalidad de esta campaña solidaria es despertar conciencias, sensibilizarnos de que en este mundo global todos necesitamos de todos. Es cierto que aportar un kilo de arroz, algunas galletas o un bote de cola-cao, no cambia el mundo, no quita la angustia de muchas familias que les cuesta más que a nosotros llegar a fin de mes. No un poco de ayuda no soluciona mucho, pero sí me va cambiando por dentro.
Ser solidario, ayudar a otros de forma desinteresada me hace ser más humano, más persona, más cristiano. Y ese es el valor que no podemos perder.
Hoy en día, las circunstancia y la picaresca que todos conocemos en este ámbito de la ayuda social, nos vuelven más desconfiados. Nadie se fía, a veces con razón, otras no lo sabemos. Por eso ser solidario pasa a ser un acto concreto que me ha de ayudar a no caer en la indiferencia, en la frialdad. Las personas necesitamos gestos concretos que nos ayuden a mantener vivo el sentimiento de la caridad y la compasión, no como lástima que degrada al otro, sino como gesto de amor que nos engrandece como personas.
Por ello Jesús, en su gran sabiduría, animaba al pueblo a valorar los gestos de generosidad que salían desde lo más profundo de la persona. Recordemos a aquella pobre viuda que compartía en el templo de lo que tenía, no de lo que le sobraba. (Mc 12, 41-44)
