«Señor, abre mi corazón y llénalo de amor»
Un año más, los Castaños se llenan de diversión, amigos y fe. Nos hemos convertido en pequeños monstruos para graduarnos y contagiarnos de los valores del Espíritu Santo y lo estamos consiguiendo satisfactoriamente.
Nuestros niños están viviendo una experiencia inolvidable, rodeados de naturaleza, comunidad e ilusión.


